En el corazón del Ladakh se esconde un antiguo reino, el Zanskar. Ocho meses al año, las nieves impiden el acceso a los picos y este magnífico valle vive en autonomía completa. Los pequeños pueblos son totalmente aislados.
En pleno invierno, el río del Zanskar ofrece un camino accesible que permite acabar por un rato este aislamiento. Por culpa del frío, las aguas se congelan construyendo una avenida de hielo en el centro de las montañas. El tumultuoso Zanskar se transforma entonces en Tchadar, el Río Helado. Los Zanskaris pueden moverse para cuatro o cinco semanas.
Después de su llegada a Delhi, cogeremos un avión en dirección de Leh, donde los monasterios y los pueblos van a permitirnos una aclimatación progresiva. Nuestros primeros pasos nos conducirán en gargantas imponentes, dominadas por el Himalaya. Después de una semana de progresión en este mundo irreal con nuestra caravana de acompañantes Zanskaris, iremos hacia Lingshet. Tranquilidad, serenidad, paisajes grandiosos, monasterios, casa de monjas y banderas de oraciones nos darán un pequeño descanso.
De vuelta en el Tchadar, el horizonte se ampliará. Cruzaremos pequeños pueblos bien colocados en el centro de este grande valle, hasta Zangla, la antigua capital.
Después, volveremos sobre los hielos inseguros del Zanskar.
Aunque no hay importantes desniveles (caminata sobre un río) y la altitud es razonable (entre 3700m et 4300m) en este Gran Viaje, la implicación es total: los hielos del río pueden generar pasajes difíciles en la montaña, y vamos a usar cuerdas si se necesita.
Este viaje no necesita conocimientos técnicos particulares. Sin embargo, el viajero tiene que implicarse realmente y confiar en nuestro equipo y en nuestra capacitad de adaptación en cualquiera situación. De todas formas, el viaje de su vida no puede ser una experiencia sin gusto.
Condiciones de viaje